Comunicado contra la Universiada y en Defensa del agua

Amigas y amigos,

Contemplamos este crimen con rabia y dolor, porque este crimen no se comente sólo contra la tierra en que vivimos, sino también contra cada uno de nosotros. Porque no sólo roban el agua de los ríos, que no es de nadie; porque no sólo roban la tierra de los campos, que nos da el bendito sustento; porque no sólo roban el aire puro donde podríamos respirar, el silencio donde podríamos latir a la par con los montes y la hermosura que todo espírtu anhela reflejar. También quieren robarnos el brillo limpio y claro de nuestros ojos, la dignidad de nuestras vidas, nuestro deber de actuar como hombres y mujeres libres y la belleza de ese milagro constante que es estar vivo.


Nos preguntamos perplejos, asombrados, cómo es posible que se cometan tantos y tantos crímenes legales, tantos y tantos montes de cemento para la nada... ¿En nombre de qué es esto posible? Sólo en nombre de un mañana sabido, de un futuro planificado y organizado. Sólo en nombre del ideal, sólo en nombre de una fe abstracta que ha enloquecido, y que somete a la ley mortífera del oro todo aquello que no tiene precio. Sólo en nombre de una fe semejante pueden cometerse crímenes como este.


Nosotros denunciamos esta fe y sus consecuencias: las montañas de hormigón, los pueblos arrasados, las rios entubados, los espíritus canalizados,el mundo un inmenso basurero. Denunciamos este paisaje sin poesía y esos campos crucificados, presagio de imaginaciones apagadas, de almas empobrecidas, de rutina y servilismo que nos disponen al letargo y al ocaso.


Y nos preguntamos: ¿qué podemos hacer contra esto? Nadie nos responderá. Porque sólo tú, con tu voz en el viento, tu corazón libre de fe, tu pie en el surco del camino, tu desobediencia sin miedo y tu amor a la guerra contra la muerte podrán ayudarte y ayudarnos.


Muchas gracias.